Tan simple como esto:
A nuestro hogar le sucede como a las
personas, cambia y envejece con el tiempo, por lo que necesita revisiones e
intervenciones que eviten males mayores, muy posiblemente mucho más costosos y
dañinos.
Es el bien más preciado, por el que nos
pasamos media vida pagando, en el que formamos nuestra familia y pasamos gran
parte de nuestra existencia, y el que finalmente perdura y transmitimos a
nuestros hijos.
¿Por qué no valoramos como se merece
nuestra vivienda? ¿Por qué no cuidarla para que dure más y gaste menos?
¿No estaría más justificada y fácilmente
amortizada cualquier inversión que mejore nuestra calidad de vida y nos
produzca un ahorro?
¿En
qué consiste?
La IEE
o Informe de Evaluación de los Edificios, es un INFORME que se elabora a partir
de una inspección en el que se da a conocer el estado general de un edificio.
El documento IEE debe ser realizado por un TÉCNICO COMPETENTE (arquitectos y
arquitectos técnicos) y constará como mínimo de las siguientes partes:
-Análisis
del estado y conservación del edificio
Cubierta
Cimentación y Estructura
Fachadas
Redes de suministro y
evacuación de aguas
Otros elementos que afecten a
la seguridad, salubridad u ornato público.
-Condiciones
de accesibilidad.
-Calificación
energética.
-Dictamen
sobre las necesidades de intervención y criterios para su reparación, mejora de
accesibilidad y mejora energética.
Toda la
documentación generada en la IEE, se recogerá en un documento que constara de
un INFORME con la información de la inspección realizada y un dictamen del
técnico sobre las condiciones del edificio, las necesidades de intervención y
los criterios para su reparación. Toda esta documentación será entregada a la
propiedad y al Ayuntamiento del municipio en el que se encuentre el edificio
analizado.
Obligatoriedad.
Aunque
la obligatoriedad de emisión de dicho informe, vendrá regulada por la ordenanza
municipal correspondiente según lugar de actuación, la normativa vigente ya
establece que los edificios con antigüedad superior a 50 años situados en
municipios de más de 25.000 habitantes, deberán ser objeto de una inspección
técnica periódica por parte del técnico competente (Arquitecto y Arquitectos
Técnico) a partir del 2019.
En
cualquier caso, es obligatoria su
emisión para solicitar ayudas contempladas en el Plan Estatal de fomento del
alquiler de viviendas, la rehabilitación edificatoria,
y la regeneración y renovación urbana, 2013-2016.
Previsiblemente,
la IEE comenzarán a exigirla determinados sectores como garantía y para tener
conocimiento de en qué estado se encuentra el inmueble. Resulta obvio que una
aseguradora quiera saber que asegura, o que una entidad bancaría quiera conocer
lo que financia, y yendo aun más lejos, no sería nada descabellado pensar que
cualquier particular quiera conocer el estado de lo que va a comprar. De hecho
sorprende que no se haga actualmente con la inversión tan grande que supone
comprar un inmueble.
Cuestiones
habituales.
¿Es muy riguroso hacer la IEE a edificios de más de 50
años y posteriormente revisarlos cada 10 años?
Si
se analizan las intervenciones que se hacen en los edificios existentes, se
podrá ver que la mayoría tienen alguna intervención de importancia antes de los
35 años. Lo que demuestra que 50 años es una edad incluso tardía para realizar
dicha inspección.
Añadir
también, que locales y viviendas sufren multitud de cambios en sus
instalaciones, distribuciones… mucho antes de cumplir los 50.
Ya
que ni la situación social ni las necesidades personales, son las mismas cuando
una nace que 50 años después.
¿Por qué ahora?
La
ITE, inspección técnica del edificio, la antecesora a la IEE, está en vigor
desde el 7 de Julio del 2011, solo que la mayoría de comunidades y
ayuntamientos, posiblemente por ser una medida anti popular, no la reguló.
¿Requiere una intervención?
Si presenta deficiencias sí.
A diferencia de la calificación
energética, el IEE, si determina si el edificio es apto o no, indicando las
deficiencias a subsanar para obtener la calificación de apto, y evitar ser
sancionado.
Conclusión.
Los edificios hay que mantenerlos, no esperar
a que se caigan a pedazos. La prevención, al igual que ocurre con las personas,
es la mejor forma de evitar males mayores. No hay que esperar a que se caiga un
aplacado de la fachada a la vía pública, ni a tener filtraciones en las
cubierta, perdidas en la red de saneamiento o agua potable. Cuanto más tarde se
actúe, más dificultad y coste tendrá la solución. ¿Era necesario que nos obliguen
a ello?
Sirva como ejemplo un suceso reciente que impactó a la
sociedad, el terremoto de Lorca. Si se analizan las consecuencias que tuvo, una
de las conclusiones a las que se puede llegar, es que el desprendimiento de
elementos, como petos de coronación, causó numerosos desperfectos personales y
materiales. Un ladrillo desde 30 metros de altura mata. Pues, démosle la
importancia que tiene. Con una inspección periódica se debería detectar gran
parte de estas deficiencias y subsanarlas, evitando pérdidas irreparables.
Sepa en qué estado se encuentra su vivienda y actúe en
consecuencia. Cuánto antes haga la intervención apropiada, antes minorizará el
riesgo y disfrutará de sus ventajas y amortización.
¿Sigue pensando que la IEE es otro impuesto y que es
algo necesario?
Articulo publicado en murciaeconomia.com
www.gestionedificacion.es
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